El pabellón se plantea a partir de un pórtico exterior que envuelve y da acceso a una serie de volúmenes que contienen las actividades del pabellón.

Cada volumen está configurado por una serie de 68 tableros llamados “Poemas plásticos” que evocan las 68 agrupaciones lingüísticas indígenas presentes en México, y surgen con la intención de producir al visitante una experiencia estética entorno al lenguaje, son tableros individuales con grabados aparentemente carentes de significado, que en conjunto configuran un código cuya estructura semeja la de la lengua propia y a la vez una distinta, a la que si el visitante se dispone a entenderlo deberá trascender los límites de su propia cosmovisión.